martes, 10 de julio de 2012


Documento Fundacional del "Colectivo Gualicho"

Motivadxs por los procesos de participación estudiantil que están hoy en marcha, algunxs compañerxs con lxs cuales nos encontramos día a día en el camino de la transformación de la facultad hemos decido dar un paso hacia lo colectivo e iniciar un proceso de organización política. Muchxs de nosotrxs hemos estado en diversos espacios de participación en estos años, desde coordinadoras políticas pasando por partidos e instancias de decisión de base hasta espacios políticos y culturales por fuera de la Universidad.  Actualmente, algunxs de nosotrxs participamos del Frente Gremial y político "Desde Abajo y a la Izquierda” que coordina el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Facultad de Artes. También hay compañerxs que participan de otras organizaciones como Socialismo Libertario, lo cual no es un obstáculo para la participación en este colectivo desde el momento en que nos percibimos como sujetxs plurales, es decir como militantes de múltiples espacios de intervención política; sin que por esto desconozcamos nuestros niveles de acuerdos y organicidad. Más simple: que compañerxs participen en otras orgas no los imposibilita a participar de esta organización mientras reconozcan los acuerdos que nos unen. Además de la confluencia en estos diversos espacios y trayectorias nos sentimos interpeladxs por una preocupación común: sentíamos que si no comenzábamos a organizarnos la propia dinámica de la política iba a esfumar nuestras ganas (por el momento individuales) de transformar la realidad. La propia experiencia nos enseñó que el todo es más que la suma de las partes y que organizarnos nos potenciaría colectivamente y haría de nosotrxs algo más que una suma de individualidades, que confluían en ciertas lecturas de la realidad política y que querían dar algunos debates. Es por eso que hoy nos encontramos unidxs y con ganas de crear un espacio político que con paciencia vaya aportando a crear una fuerza política capaz de transformar la realidad que más inmediatamente nos circunda, es decir la Facultad, pero que no por eso postergue injustificadamente debates, propuestas e iniciativas que excedan el marco  Universitario. En la Facultad -pero así también en los demás territorios- apostamos sin vacilación alguna a los espacios democráticos de base que actualmente se están llevando adelante (asambleas generales, asambleas de escuela, comisiones abiertas, etc.) y de donde salen expresiones genuinas de la autonomía, la horizontalidad y la participación. Pero esto sin desconocer que son espacios de decisión colectiva y, por eso, terrenos de disputa de diferentes lecturas y perspectivas acerca del qué hacer. Por eso nos proponemos ir a estos espacios con la convicción de que sin propuestas o iniciativas estamos dejando librados este espacio al azar, a las bajadas de líneas de los partidos tradicionales o las fuerzas conformistas de la Gestión. Salvar de estos peligros de deslegitimación de las Asambleas y Comisiones de Trabajo llevando propuestas y debatiendo a partir del respeto de las diferencias es nuestra forma de dar vida a estos espacios como espacios legítimos de construcción. Esto no significa que dejemos de lado como una discusión saldada el problema de la disputa institucional. Sabemos que más allá del carácter desfavorable con el que nos encontramos lxs estudiantes en las instituciones representativas de gobierno, debemos dar la disputa en todos los frentes posibles de la Universidad ya que de lo contrario podemos caer en un aislamiento no deseable para la unidad de nuestras expectativas de transformación. En este sentido, debemos librar la batalla en todos los frentes por la defensa de la educación pública, en la cual las luchas contra la mercantilización de la educación y por la profundización en las políticas de inclusión y permanencia son tareas impostergables. Queremos profundizar en la democratización del gobierno de la Universidad y de las formas de producir conocimiento, pues creemos, son las únicas formas de conquistar nuestros derechos, producir sujetxs críticxs y transformar la realidad. Pero transformar la realidad también implica salirse de la misma Universidad. Porque reconocemos que la Universidad está atravesada por los conflictos de la sociedad en la que vivimos, es que estamos dispuestxs a dar los debates necesarios para poder generar los lazos y articulaciones con los sectores populares que día a día pelean a lo largo y lo ancho del país por mejores condiciones de trabajo, de salud, de vivienda, contra la represión, el sexismo, etc. Toda una multiplicidad de sectores explotados y oprimidos que queremos camine unida, sin prisa pero sin pausa, hacia la emancipación. Nos reconocemos parte de la juventud que en sus ensayos y experiencias quiere aportar a transformar el mundo, por eso nuestra práctica está plagada de novedad, de ensayo y prueba, de experimentación. No creemos que haya una sola manera de hacer política: toda forma de intervención, desde un discurso escrito, una intervención artística a una medida de fuerza, tiene su potencialidad. No conocemos las formas perfectas de organización porque quizá no las haya, ni tampoco tenemos la receta para la transformación. Sin verdades absolutas ni manuales del buen militante, abiertos a la autocrítica y a la reparación de los errores cometidos, nos lanzamos hacia una tarea tan ardua como necesaria: crear nuestra propia poesía revolucionaria.   

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